jueves, 5 de julio de 2012

Ecos

Tu voz, tu risa y aún el sonido de tus pasos y movimientos son parte de mis recuerdos más arraigados porque siento que los escucho en los instantes en que tú no estás, como si fueran ecos que salen de lo profundo de mi corazón...

Tus besos

Desde la primera vez que tus hermosos labios tocaron los míos no he dejado de sentir que cada beso tuyo es tan dulce como un delicado rocío de miel, tan suave como el pétalo de una rosa, tan refrescante como una brisa en el desierto y tan cautivante como el amor que siento por tí...

Ternura

Debo reconocer que tus abrazos, caricias y besos, expresiones de ternura infaltable en tu presencia, son como rayos de sol que calientan, iluminan y alegran mis días... Por ello, ansío arrancar una promesa tuya: Que nunca me falte tu ternura para que cada día sea como una eterna primavera...

Dolor

Siento que te perdí.
Siento que la impotencia de no poder retenerte a mi lado me quebranta.
Siento que puedo escribir los pensamientos de amor más tristes esta noche.

Pensar que ya no estás a mi lado.
Pensar que tu corazón ya no palpita por mi.

Cuánto dolor.

Un lugar ...

Imagina por un instante un LUGAR en el que eres FELIZ e invítame a entrar...

Y bailemos, riamos, cantemos, juguemos y amémonos hasta el amanecer...

Y en los instantes de quietud, evoquemos con nuestros pensamientos la felicidad que solo juntos podemos sentir...

Sin temores, ni miedos, ni angustias...

Y a ese lugar, pongámosle por nombre: "Hogar"

En Demencia de Amor

                                                                              En demencia esta mi alma
alma susurrante de desvarió
desvarió por tu amor cálido

En demencia yace mis pensamientos
surcando mis caricias en tu torso
con mis besos te elevo hasta mi celeste.

En demencia mis labios vociferan
romper el silencio para confesarte
mi insensatez de amor.

En demencia voy divagando
mi sendero tortuoso evocando
mi esencia para liberar mi atónito corazón.

En demencia implorare al creador
omitir tu cálido amor
para retornar mi cordura.

Noche de llanto

 
 Hola
No sabes cuántas cosas he callado, todo lo que he hecho para seguir adelante, de cuántas cosas
me he convencido para tomar fuerzas y sacarte de mí. Tanto tiempo ha pasado, tanta distancia ha
existido y siento que todo mi esfuerzo ha sido en vano...Sigo extrañándote, llorándote, buscándote,
sigo amándote y como un tonto aquí estoy: esperándote.
Mi mente está convencida de que no te necesita, pero mi corazón en cada latido grita que te
necesita porque escucha tu nombre en cada lugar al que voy, recuerda tu rostro sonriente en cada
canción.
Quisiera que estuvieras, si no conmigo, como yo. Es muy egoísta de mi parte porque me he
enterado que tú si eres feliz, a pesar de no tenerme a tu lado eres feliz. Sonríes, te diviertes, no
necesitas de mí. No he podido superarte. Busco culpables, pero todas las flechas apuntan a mí…
Quisiera que volvieras, que estando frente a ti me dijeras: -Aquí estoy, he vuelto por ti porque te
amo y no imagino la vida sin ti-. Sinceramente ¿de qué serviría que lo hicieras? Ya pasamos por
esto y no supe seguir. Te hice sufrir. A mi lado eras infeliz.
Pido de rodillas y con lágrimas en los ojos que Dios te arranque de mi mente y de mi corazón pero
todos los días salgo al jardín miro a la Luna, imagino tu rostro y digo tu nombre y el mío en una
oración. Tanta incongruencia que quisiera olvidarte, pero al mismo tiempo, seguir llamándote.
¿Por qué me enamoré?, ¿por qué me ilusioné?, ¿por qué permití que destruyeras la barrera que
en tanto tiempo construí?. He salido más que nunca, me he reído y divertido hasta “morir”. No lo
he pasado nada mal, pero estoy cansado de fingir. Si por mí fuera, dormiría sin fin, porque en mis
sueños he hecho una vida contigo. Pero despierto y todo esta hecho trizas.
He cumplido mi promesa, me he mantenido firme y no es por el orgullo. En aquel momento decidí
que no buscaría a nadie porque estoy convencido de que te quiero a ti. Lamentablemente ese
sentimiento sólo está dentro de mí. A pesar de todo te entiendo y eso es lo peor de todo, porque no
existe nada que te pueda discutir. Ya no quiero llorar, pero tampoco he intentado dejar de hacerlo.
Siete meses han pasado y en mí sigues teniendo tu lugar. Empiezo a creer que me obsesioné y que
por este motivo no te quiero soltar…
TE EXTRAÑO
(Arturo A. Copete)